Con toda seguridad has oído hablar mucho de la lumbalgia o el lumbago. En el peor de los casos es muy probable que también la hayas sufrido. Y si eres de los afortunados que aún no sabes lo que es, es posible que un día lo sepas. No lo decimos nosotros, son estadísticas. El 80% de la población mundial sufre o ha sufrido algún episodio de lumbalgia a los largo de su vida. El lumbago puede provocar dolores agudos, molestias e incluso puede limitar tus actividades diarias.

Las causas de las lumbalgias son múltiples: malas posturas, ejercicio físico, levantar peso de forma inadecuada, etc. Pueden ser de origen muscular, articular, nervioso, proveniente de alguna estructura de la columna o incluso de origen interno. Ejemplo de esto serían las causadas por alguna patología a nivel del riñón o de las vías urinarias o, en el caso de las mujeres, de las zonas ginecológicas.

Afortunadamente no más del 2% tiene una condición seria. La gran mayoría se produce por problemas mecánicos relacionados principalmente con la hipomovilidad o falta de movimiento. Esto ocurre cuando dos segmentos de la columna o dos vértebras no se están moviendo como deberían.

¿Cómo puede ayudar la Quiropráctica?

El cuidado quiropráctico centra su atención en buscar el origen del problema en lugar de mitigar solo los síntomas. La medicina tradicional sigue administrando analgésicos y antiinflamatorios, en definitiva, paliativos, que enmascaran los síntomas y no resuelven la causa real del lumbago.

En Quiropráctica mar te haremos un completo examen sobre las zonas lumbar y pélvica para conocer la causa de la lumbalgia. Se te indicará en ese momento si tu caso puede ser cuidado con Quiropráctica. El Quiropráctico, mediante técnicas manuales de ajuste, eliminará la presión sobre los nervios lumbares y a la vez, reposicionará las vértebras lumbares y la pelvis en su posición correcta. Esto ayudará a que no se repita la lumbalgia y mantendrá la estabilidad del cuerpo.

El fin de la Quiropráctica es solucionar la causa del problema para que este no se repita ni que empeore. Además el cuidado quiropráctico no utiliza medicamentos ni tratamientos invasivos como cirugía o inyecciones. Evitaremos así los temidos efectos secundarios.

La mayoría de nuestros pacientes experimentan una mejora de los síntomas ya desde la primera sesión de ajuste. Lo mejor es ver cómo, a medida que transcurren los días, no solo desaparece la causa que les trajo a nuestro centro sino que otros síntomas como el insomnio, mareos, migrañas, fatiga, etc. también desaparecen.

 

Al tratar el problema lumbar, toda la columna vertebral se encuentra más equilibrada y por consiguiente el sistema nervioso funciona mejor, lo cual repercute favorablemente sobre todo el organismo y la salud.