Por qué acostumbrarse al dolor

¿En qué momento nos acostumbramos a vivir con dolor?

¿Cuándo dejamos de dar importancia a esas molestias que están siempre ahí?

Nos hemos habituado tanto a tener dolencias que hemos dejado de hacerles caso y a ignorarlas. Aparece un dolor de cabeza y rápido tomamos algo para aliviarlo. Amanecemos con un dolor muscular y más pronto que tarde echamos mano de una crema con nombre rimbombante que anuncian en la televisión o nos hinchamos a antiinflamatorios. Es normal, es del trabajo, es de la postura, es del día a día… ¡claro! Nos olvidamos que el dolor es la única manera que tiene el cuerpo de avisarnos de forma fehaciente que algo no está funcionando como es debido. Y cuando queremos poner remedio suele ser, en muchos casos, tarde. Y, como nos hemos acostumbrado al efecto de la inmediatez, queremos soluciones rápidas para problemas que han tardado años en gestarse.

Hoy en día se aboga por la vida sana, todo el mundo se apunta a dietas, gimnasios, piscina, yoga… pero en la mayoría de los casos eso no es suficiente.

En Quiropráctica Mar apostamos por un cuidado holístico, global, del cuerpo. Empezando por la base, nuestro sistema nervioso central, aquel que parte del cerebro y lleva toda la información a nuestro organismo y por consiguiente, cuidando especialmente el estado de la columna vertebral, protectora natural de dicho sistema nervioso. Haciendo un mantenimiento regular de nuestra columna y con unos hábitos de vida saludables, mejoramos nuestro estado de salud general y prevenimos futuras patologías que puedan estar al acecho. La Quiropráctica no cura, genera salud, ayuda a sanar, ayuda a nuestras defensas, previene lesiones, mitiga dolencias, ayuda a ralentizar enfermedades degenerativas, etc. En definitiva, la Quiropráctica te da CALIDAD DE VIDA.